🍎 Mantenerse en forma mientras teletrabajas ¿Te apuntas?

Como hasta la fecha parecía una quimera, siempre se ha hablado de las bondades del teletrabajo, pero pocas veces se han mencionado sus inconvenientes. Ahora que muchas personas deben trabajar desde casa, empezamos a darnos cuenta que no es oro todo lo que reluce, que por cada maravilloso pro, siempre hay algún contra a tener en cuenta.

Ya sabemos lo que necesitamos para poder ser productivos desde casa y no enloquecer ante el encierro, las responsabilidades familiares y las tareas del hogar. En sí, teletrabajar parece muy movido, pues se junta con otras tantas obligaciones dentro del hogar y la familia, sin embargo, realmente no estamos ejercitándonos. Lo malo de trabajar desde casa es que al final del día apenas nos hemos movido, apenas hemos activado nuestros músculos o quemado calorías. Porque no, seamos honestos, por muy agotador que resulte, poner una lavadora y fregar los platos no sirve como workout.

 

 

¿Y cómo consigo mantenerme activo con tantas cosas por hacer?

No, no es fácil, pero es cuestión de proponérselo. No solo se trata del ejercicio, sino de adquirir hábitos saludables que cuiden nuestra forma física y, por ende, nuestra salud mental (todo está relacionado).

Si algo ha demostrado esta crisis sanitaria, es que es posible y viable un sistema laboral donde el teletrabajo sea lo normal para determinados empleos, así que lo más probable es que esto vaya para largo y muchos empleados trabajen desde casa en los próximos años.

Antes salías de casa para ir a la oficina, el estrés y las ganas de sentir que no vives en el despacho te impulsaban a hacer sacrificios como ir al gym a las ocho y media de la tarde o salir a correr el domingo por la mañana. Pero ahora no tienes esa necesidad, vives relajado en tu cómodo chándal y te has dejado dominar por la terrible espiral da la pereza y la procastinación.

¡No! Hay que ser fuertes. El teletrabajo exige responsabilidad, organización y constancia. Para que de él emanen solo ventajas es necesario cumplir pautas básicas y, una de ellas es cuidarse físicamente, y para ello aunque nos vean solo de cintura para arriba es importante mantener un buen aspecto y si buscais los mejores aliados para mantener una imagen limpia y libre de pelos os podeis informar en esta web sobre ello.

¿Lo primero a lo que debemos prestar atención? La alimentación.

No seas vago, cocinar comida casera con productos frescos es la mejor opción. Al igual que planificas el trabajo debes planificar tu menú semanal para no caer en tentaciones o no comer como es debido. Haz la compra con paciencia y elabora la comida el fin de semana para tenerla lista de lunes a viernes. Márcate una hora fija para comer, para hacerlo tranquilo y fuera de tu espacio de trabajo, las prisas nunca son buenas (menos para las digestiones). Si tienes que tener algún snack, que sea saludable, fruta, frutos secos, tortitas de maíz…cualquier cosa menos bollería industrial.

 

 

No lo olvides, el desayuno es la comida más importante del día, pues aporta el 25% del total de calorías diarias. Además, es imprescindible para que funciones bien y tu rendimiento intelectual sea pleno. Desayuna como un rey o reina, incluyendo cereal, lácteo, fruta y proteína. Por ejemplo, un café con leche, una tostada integral con salmón y aguacate o huevo y unas rodajas de piña.

Durante el día, no olvides beber agua y, si en general permaneces menos activo que antes, incluye más productos con fibra en tu alimentación. Por supuesto no busques inspiración en las dietas milagro de las famosas, como la mediterránea no hay ninguna. Usa productos autóctonos y de temporada en recetas equilibradas y jamás te equivocarás.

Y ahora vamos a la actividad física. ¡No tengo ni un minuto! No busquemos excusas, con una organización adecuada y ganas (muchas ganas), todo es posible.

No todo pasa por darse una paliza de una hora con las pesas y la elíptica, los pequeños detalles, si se vuelven rutinarios, marcan la diferencia.

Para empezar, haz breves descansos cada una o dos horas máximo. Levántate, camina y realiza estiramientos, tu espalda lo agradecerá.

Para continuar, existen muchos tipos de ejercicios que podemos hacer sin forzar demasiado la maquinaria y sin salir de casa, pero que tendrán efectos muy positivos en nuestra salud. Hoy en día hay miles de tutoriales y guías en Internet, por no hablar de las clases online. ¿A qué podemos optar? Yoga, pilates o zumba, por ejemplo, son actividades asequibles para cualquiera independientemente del estado físico, divertidas y de bajo impacto. Puedes dedicar media hora al final del día, te permitirá desconectar y sentirte mejor antes de irte a la cama con la cabeza embotada de tanto ordenador y correos.

 

 

Si eres fan de las tecnologías y eres de los que necesita un empujoncito de vez en cuando, hoy lo tienes fácil. Existen en el mercado cada vez más wearables y pulseras cuantificadoras que controlan los pasos que hemos dado a lo largo del día, nuestro ritmo cardíaco, el peso, las calorías quemadas e incluso pueden recordarnos que llevamos mucho rato sin movernos. Una auténtica voz de la conciencia capaz de darnos una colleja cuando nos gane la flojera. Esto puede suponer un incentivo para ponernos en marcha. No es lo mismo pensar que pasamos demasiado tiempo sentados, a comprobar con datos, cifras y estadísticas nuestro bajo nivel de actividad.

Y si el tiempo es una agonía para ti, una cinta o una bicicleta estática te puede permitir hacer ejercicio mientras hablas por teléfono y atiendes a los clientes. No hace falta que sudes la gota gorda, te falte el aire y no puedas ni hablar, a veces tu cuerpo simplemente necesita que lo pongas en funcionamiento.

Recuerda, se trata de hábito y constancia, en el momento que acostumbres a tu cuerpo a estar saludable y activo, no podrás vivir sin en el ejercicio.

Muchos dicen que engancha, y es verdad, vivir mejor es adictivo.

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